Un proceso sólido de definición e implementación de la estrategia corporativa es fundamental para garantizar el crecimiento rentable de la organización y por eso es una de las principales prioridades de los líderes.
Este proceso debe empezar con un análisis de la cadena de valor en los procesos end-to-end, donde se pueden identificar los puntos claves y las oportunidades de mejora. Considerando las prioridades estratégicas a mediano y largo plazo, es posible definir objetivos a 3-5 años, que se traducen en planes de acción. Éstos deben desplegarse en los diferentes niveles de la organización y debe tener el compromiso de los líderes y sus equipos en cada área.